Ecoexperience: la magia de descubir la naturaleza

Tilos centenarios y plantas carnívoras en la Hoz de Beteta

Recorrer el Monumento Natural de la Hoz de Beteta es, por sí misma, una de las más espectaculares experiencias desde el punto de vista paisajístico y senderista que se pueden realizar en la provincia de Cuenca. Para profundizar y disfrutar de tan excepcional enclave y conocer el auténtico valor patrimonial de esta hoz decidimos hacerlo con Fernando Carreras, educador medioambiental y alma de Ecoexperience, empresa de turismo ecológico en donde la pasión por la naturaleza, el desarrollo sostenible y el medioambiente se palpa al poco de charlar con él.

Ponemos rumbo a esta joya de la corona que es la Hoz de Beteta. A pesar de la lejanía —no deja de estar a casi 80 kilómetros de la ciudad—, la animada charla con Fernando, que nos va contando las particularidades del recorrido que vamos a hacer, así como la historia de numerosos pueblos que jalonan el recorrido en carretera, consiguen sin darnos cuenta que ya estemos en este maravilloso paraje.

Tilo Guadiela

Tilo sobre el río Guadiela

Nos comenta al llegar que estamos inmersos en más de 800 hectáreas de pura naturaleza, en donde tilos centenarios, avellanares, bujes, pinos negrales, sabinas y álamos temblones convierten este espacio en un auténtico crisol de arbolado, de sorprendentes líquenes aferrados a ellos y a pintorescos helechos, confiriendo a este paisaje la imagen de un auténtico cuento. Junto a tanta variedad, el cristalino y montaraz río Guadiela cincela impresionantes paredes calizas que llegan en algún caso a los doscientos metros de desnivel. A ello se suman multitud de cascadas, meandros, urgencias, tobas y travertinos.

Seguimos paseando y a cada parada Fernando nos describe peculiaridades tan desconocidas como asombrosas, como la fauna que, aunque esquiva, se delata con multitud de pisadas, sonidos… Nutria, gato montés, jineta, tejón, ciervos y el curioso murciélago mediterráneo de herradura encuentran en este sitio su peculiar reserva faunística.

Grasilla

Grasilla

Acercándonos a una pared rocosa que flanquea el sendero nuestro guía nos advierte de un endemismo de esta zona y que nos ha llamado poderosamente la atención: es la grasilla (pinguicula mundi), planta carnívora protegida que devora los pequeños insectos que quedan adheridos a sus hojas. Hay que tener mucho cuidado, pues muchas personas tocan esta flor y la planta se seca al tener contacto con los dedos curiosos de los visitantes que desconocen esta peculiaridad.

Tras tomar un refrigerio en el área recreativa de la Fuente de los Tilos salimos ahora a ver la Laguna del Tobar, un sistema palustre de origen kárstico en cuyas riberas se arremolinan carrizos, eneas, masiegas y el curioso nenúfar blanco (nymphaea alba). Un sendero que lo perimetra nos vuelve a sorprender por las preciosas vistas y el gran valor que como refugio de fauna posee.

Laguna del Tobar

Laguna del Tobar

Esta es un pequeña muestra de los grandes tesoros que alberga esta sorprendente zona de Cuenca y a la que aventureros y amantes de la naturaleza enamorará desde el primer momento.

Prismáticos, calzado cómodo, algo de comer —del agua no os preocupéis, pues hay numerosas fuentes en los recorridos— y mucha curiosidad por conocer todo lo que os muestre Ecoexperience, convertirán vuestra «ecoexperiencia» en algo memorable.

 

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