Ai Weiwei (Pekín, 1957) fue detenido el 3 de abril de 2011 en el aeropuerto de la capital china porque las autoridades consideraban que sus motivos para viajar eran confusos. El régimen comunista no podía digerir su feroz crítica y sus permanentes denuncias. Le encerró durante 81 días. Ai recreó las vivencias de ese calvario en una de sus piezas más famosas e imponentes, S.A.C.R.E.D (2011-2013),formada por seis cajas de hierro (377 x 198 x 153 cm) en las que otros tantos dioramas reproducen escenas sobre su vida en el interior de la celda, se pueden disfrutar por unas pequeñas ventanas por las que asomar la retina. Son momentos cotidianos en los que sus guardianes no hacen alarde de agresividad, pero imponen su presencia en los momentos más privados de su supervivencia.
Muchos años antes, en 1575, Miguel de Cervantes fue apresado en Argel y en un lustro de encierro incubó la que sería una obra cumbre de la literatura universal. Los padecimientos de ambos artistas, la batalla entre el cautiverio físico y mental y la necesidad de libertad forman el hilo conductor de la exposición La poética de la libertad que, entre el 26 de julio y el 6 de noviembre, se puede ver en la catedral de Cuenca, dentro de la programación conmemorativa del IV centenario de la muerte de Cervantes.
El interior de la catedral de Santa María y San Julián de Cuenca, una de las joyas del gótico español, ha sido transformado parcialmente para abrir un amplio hueco al arte contemporáneo. La instalación de Ai Weiwei ocupa el claustro, pero está acompañada de dos intervenciones más que se extienden por el templo. En las salas capitulares hay un homenaje a algunos de los informalistas que hace medio siglo transformaron Cuenca en la capital española del arte contemporáneo, junto a otros más jóvenes: Rafael Canogar, Martín Chirino, Luis Feito, el fotógrafo Juan Barte y Florencio Galindo, comisario además de la exposición junto al poeta Carlos Aganzo. En el homenaje a los artistas que hicieron posible el Museo de Arte Abstracto, sorprende la ausencia de Fernando Zóbel o Gustavo Torner, autor de algunos de los vitrales abstractos más sorprendentes de la catedral. Miguel Ángel Alvares, director del templo, asegura que estarán más adelante, pero no adelantó nada más.
Aprovechamos para comentar que la exposcion seguira abierta al público hasta el proximo 11 de diciembre.
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